Il faut toujours garder les deux yeux ouverts,
un œil ouvert sur la misère du monde pour la combattre,
un œil ouvert sur sa beauté ineffable, pour rendre grâce.
-Abbé Pierre.

martes, 23 de febrero de 2016

Clic



        En una reunión de colegas conocemos a un cantautor, David Pozo. Entre risas y piscolabis David Pozo coge la guitarra y canta. A mi amigo Pablo le ha gustado escucharle, se declara fan.  

        —¡Me encanta! clic ¿dónde estás en internet?
 
        Smartphone en mano. 

        —¿Estás en spotiflai? clic, te voy a seguir, clic clic clic, no te encuentro, clic.

        David Pozo está ahí, pero Pablo lo busca en internet.

        clic


miércoles, 12 de febrero de 2014

Sabrás mi nombre cuando muera (queja de un paluego)

Foto: YNB
 
Desde tiempos de Alejandría
todo aquél que da sombra,
es decir, la mayoría,
recibe al nacer un homenaje
sonoro como el canto de la alondra
y esencial como su plumaje,
se lo ensalza y enaltece: se lo nombra.

Yo carezco de esa suerte,
y quisiera arrojar mi ruego,
pues al filo de mi propia muerte
me honran ya a deshora,
como si de niños fuera un juego
¡jamás se vio tanta demora!
Yo soy el Paluego.

Sí, un Paluego, un trocito de comida,
aquél que entre diente y diente
se enternece y cobra vida,
aquél que se acurruca
tras el bocado caliente
y tu muela estuca
con satisfacción ferviente.

Mi corta vida es un infierno,
una paradoja de lechuguino,
un abrigo sin invierno,
y un emblema de fracaso.
¿Qué falacia es ésta? ¡te conmino!
¿Me tomas por tonto acaso?
¿Por qué no haces cumplir mi sino?

Paluego es el nombre que obtengo,
y yo no expiraría triste
si pa luego fuera mi devengo;
si nada más ser bautizado,
con un palillo en ristre,
no me atacara el glotón descarado
como para retirar alpiste.

¿No es Aurora la que invita
cada mañana al sol a su casa?
¿No es su faz de flor, aquella la de Margarita?
¿No es Víctor el vencedor,
Valentín el intrépido sarasa?
¿No es Cupido el cómplice de Amador?
¿¡No es el rey Mufasa!?

Te propongo pues un trato, un acuerdo:
si descubres que en tu boca me hallo
déjame ahí un rato que no muerdo.
No me extirpes de tu esmalte,
yo que cubro encías como un sayo,
dame nombre, dame vida, no me espantes,
pues lo contrario no es un error, es un gran fallo.


lunes, 25 de noviembre de 2013

Quisiera aclarar algunas cosas

 Foto: Hugo Sánchez

Quisiera aclarar algunas cosas.
No es un nudo lo que hay en la garganta,
es una trenza de raíz.
Las mariposas del estómago
más bien son murciélagos encaramados.
Cuando te miro a ti me veo a mí.

Al cerrar los ojos
no siento el pulso en los párpados,
siento la sangre inundar el aire negro.
Mi corazón no galopa ni cabalga,
se golpea cual loco contra las paredes.
Y no es que dé palos de ciego,
es que en lugar de remos mi barca lleva alas.

También quisiera aclarar
que la tristeza no me embarga, me desahucia.
Y no tengo miedo, tengo pánico.

Pero no te confundas,
la trenza me la como con patatas cada día
(con salsa picante está exquisita).
Los murciélagos me hacen reír hasta el delirio.
Para no aburrirme al verme en cada espejo,
en cada esquina,
me peino diferente si es de noche o si es de día.

La sangre que me inunda me emborracha,
el loco de mi pecho es sólo un tarado,
y en mi embarcación alada cabemos todos,
haciendo el pino, de pie o sentados.

Le agradezco el desahucio a la tristeza
porque prefiero ser nómada.
¿Y el pánico?
El pánico me da la puta vida.

Quisiera aclarar algunas cosas,
pero no todas porque son muchas.
No necesito que me entiendas,
sólo que parezca que me escuchas.



sábado, 9 de noviembre de 2013

Una vida mejor


     Mamadou lleva ocho años en España. Vino desde Senegal con su mujer a buscar una vida mejor. Mamadou es soldador de aluminio, aprendió cuando era un niño en su país, y ahora que vive en Madrid se gana la vida con este oficio.

    A los dos años de llegar tuvo la oportunidad de incorporarse a una empresa con buen volumen de trabajo en obras y proyectos de construcción. Me iama el chico un domingo, ¿quiere trabajar?, ven lunes en Fuenlabrada, ven en mi ofisina, chao. Es lunes, voy en la ofisina, ola cómo estás, mira así son las condisiones, firma aquí, tú traes papeles empiesa trabajar, tres meses de contrato.

    ¿Qué voy aser? No tengo papeles, tengo que aser este trabajo ombre, son milquiniento euro al mes. Y e recordado de mi amigo paisano que me a dicho ombre, si tú tiene trabajo ió dejo mis papeles, ió no consigo y tú puede utilisar. Me da vergüensa de mentir a ese chico, pero tengo que conseguir el trabajo. E ido en la ofisina con papeles de mi amigo, tú sabe, en la foto paresemos, somos de mismo año y todo, y disen que todos los negro paresemos igual.

    El chico no me a dicho nada, firma contrato y empiesa trabajar. En esta empresa emo echo aí en Embajadore edifisio, toda las vaia, reja y cosa de metal, e soldado ió. El chico me iama a veses sábado, cuando no trabaja, y ió voy, siempre digo sí voy a trabajar, de siete de la mañana a siete de la tarde.

    A veses voy aí en Casteiana con cuartel de militares a una obra, eios me an dicho tiene papeles y ió enseño de mi amigo. Ningún problema, e tenido mucha suerte. El jefe e caído bien y quiere que ió trabajo más. Ió quería desir que no tengo papeles porque me a dicho aser contrato indefinido, pero tengo miedo de perder trabajo. Ni siquiera españole que ievan aí dies, veinte año tiene ese contrato. Al final no e dicho nada porque jefe dise ió confío mucho en ti, quiero que siga conmigo. Ió estoy contento y porque tengo aí en esa empresa cuatro año trabajando. E tenido ija con mi mujer y emo podido vivir bien.

    Pero un día mi amigo dise que quiere cobrar paro, ió le digo podemo arreglar, te doy dosiento, tresiento euro al mes. Él dise que no, quiere cobrar paro y sabe, la gente le dise qué ase aí dejando papeles a otro y tú está jodido. Así que voy y digo a mi jefe yo nesesito pedir una vacasión para ir a ver a mi familia. Él me a dejado cuatro mese de vacasión, que él e muy majo, pero cuando quiero volver ió quiero desir de mis papeles porque ió no puedo seguir igual.

    E tenido vergüensa y e pedido a mi amiga española que me aiude ablar con mi jefe. Cuando emo ido con él, queda mudo, no puede creer, quiere aiudá pero no puede dar mi trabajo otra ves. Cuando tú tiene papeles sabe que aquí tiene trabajo, a dicho.

    Ase dó año que dejé ese trabajo y cuatro veses an denegado los papeles, ió no sé quién inventó eso pero me a tocado, y si te toca te toca. Ió no puedo quejá porque ai gente mucho peor, con la que está caiendo. Aora mi mujer a ido en Fransia con mi ija, ieva aí dó año, dise que voy aí trabajá, pero no e fásil, tengo que juntar dinero y e caro aí.

    Mamadou vive en Lavapiés, le he conocido en Ésta es una Plaza, un solar reconvertido en parque, huerta, biblioteca y lugar de reunión y juegos de una comunidad de vecinos autogestionada donde los niños corren por todas partes. Un lugar lleno de vida. Una vida mejor.


martes, 22 de octubre de 2013

La lengua más antigua del mundo


    En Prosíleon, la región más septentrional de la península de Ornesis, gélidas tierras bañadas por los mares árticos, se asienta la tribu de los psyr. El descubrimiento de esta tribu en la década de los 40 y el estudio realizado por el filólogo argentino Félix Aruelas Corín (1904-1998) han dado lugar a diversos documentos que describen los rasgos de su lengua: el kahrsi[1].

    Aunque los lingüistas ponen en duda la posibilidad de identificar o reconstruir idiomas cuya existencia exceda los cinco o seis mil años, algunos afirman que el kahrsi podría ser el más antiguo de la Tierra, anterior incluso a la lengua proto-mundo[2].

    Los psyr, con una población de unos quinientos habitantes, han evolucionado al margen de la sociedad moderna durante miles de años, son también conocidos como los supraoculi (ojos grandes) y sobreviven a día de hoy en un valle rocoso horadado por cuevas y complejas estructuras laberínticas, constituyendo también uno de los asentamientos humanos más antiguos y admirables habitados. 

    El Dr. Aruelas Corín ha detallado la morfología y sintaxis del kahrsi en un extenso compendio de artículos y grabaciones subvencionadas por la BBC, del cual he extraído los rasgos más genéricos (suficientemente fascinantes para el desconocedor y explicados de manera informal en el presente artículo).

    Así, nos hallamos ante una lengua única en su género. Las primeras observaciones describen cómo esta tribu parece comunicarse a través de sonidos muy largos, emitidos con la técnica de respiración circular y con sus interlocutores procediendo de manera simultánea. Anota el filólogo que “el aborigen, hallándose solo y, lo que es más sorprendente, durmiendo, resuena constantemente sin aparente interrupción, produciendo una suerte de ronquido cuasi infinito”.

    Los estudios iniciales van orientados a clasificar los diferentes sonidos para dar con patrones y estructuras reconocibles, pero la labor resulta ardua y harto complicada dado que, por un lado, dichas emisiones guturales no parecen diferenciarse por su cadencia ni articulación —suenan todas igual, al menos para el neófito—, y por otro, los sujetos de Prosíleon sólo interrumpen su arenga con ocasionales y misteriosos silencios al interactuar entre sí, lo que produce vocablos tremendamente largos prácticamente imposibles de adscribir a un catálogo lingüístico convencional.

    Al cabo de aplicar diversos enfoques, el Dr. Aruelas, en un fantástico alarde de percepción tangencial[3], da con la fórmula que rige la maravillosa esencia del kahrsi. Esta lengua no se compone de distintas articulaciones sonoras emitidas por el interlocutor —como toda lengua hablada conocida hasta entonces—, sino de las pausas que interrumpen dichas emisiones. Así, el psyr articula palabras cuando calla; el kahrsi es la ausencia de sonido, es una lengua afónica, silente. No emite, omite. El sonido es su lienzo, el silencio su mensaje.

    La asombrosa cualidad sigilosa de este lenguaje contrasta con el murmullo permanente que la rodea, que abruma y aturde a los visitantes al adentrarse en este reducto de la civilización.

    De sus múltiples particularidades, cabe destacar el uso potenciado de ciertas habilidades sensoriales en los kahrsi-hablantes. A este respecto, el Dr. Aruelas Corín propone en uno de sus artículos más celebrados el uso del neologismo sentiblo —homólogo de nuestro vocablo—, para designar cada palabra que compone esta lengua (vocare, llamar, por sentire[4], sentir). Una vez estudiado en profundidad podemos saber que el sentibulario kahrsi es incluso más extenso que el vocabulario de cualquier lengua moderna.

    La sutileza con que los psyr distinguen cada sentiblo radica en un sentido de la vista y del tacto hiperdesarrollados. (De ahí que sus rasgos físicos destaquen por esos enormes ojos y, como se ha sabido por estudios posteriores, una piel “más avanzada”, repleta de receptores sensoriales similares a los de las yemas de los dedos).

    Estos protohombres perciben la ausencia de vibración sonora en el aire y en los objetos y observan a su interlocutor con mirada atenta; en su tradición es más importante lo que no se dice. Han perfeccionado de tal manera la lectura del lenguaje corporal que el silencio es su máxima expresión verbal.

    Desde su hallazgo, y gracias a la difusión del trabajo de F. Aruelas Corín, no han faltado escritores y poetas embarcados en la difícil tarea de transcribir este lenguaje desde sus distintas perspectivas. Así, por ejemplo, encontramos la novela sin título del neoconceptual francés Gerard Crustard (1933-2009), íntegramente escrita en kahrsi, cuyos ejemplares no se pueden ni pudieron ser nunca adquiridos en ninguna librería.

    Bajo estas líneas se muestran los primeros versos del poema épico Shh (en su transcripción fonética), que narra la epopeya del homónimo héroe sordo en las cordilleras del Epicóndilo Magiar, del poeta inglés Jeremiah W. Ringstone (1937-1969).












Primeros versos de Shh, por J. W. Ringstone.

    Refiriéndonos a otras disciplinas artísticas, hay quien ha querido ver un homenaje a la lengua kahrsi en la conocida obra 4’33’’ del compositor vanguardista americano John Cage (1912-1992). (De hecho, aún están por estudiar los artificios musicales con los que los psyr enriquecen su cultura, “maniobras incomprensibles en superficies sonoras, gestos mudos y manipulaciones del aire que aspiran a atenuar la vibración de la Tierra y el Universo”, en palabras del Dr. Corín).

    Múltiples y asombrosos rasgos caracterizan la lengua más antigua del mundo, cuya enumeración exhaustiva escapa al ámbito de este artículo. Sin embargo, no quisiera concluir sin una reflexión final. Planteémonos lo fácil de pronunciar que resulta el kahrsi, lo conveniente y sin embargo inusual de su puesta en práctica en las sociedades avanzadas y, a su vez, la cantidad inabarcable de malentendidos y barbaridades que provocamos cuando, en ocasiones, callamos.


[1]. Del griego καηρσι, percepción.
[2]. Proto-mundo (o proto-humano) es el hipotético ancestro común más reciente de todos los idiomas del mundo.
[3]. Teoría de la percepción desarrollada por el filósofo y viajero en el tiempo G. Higgins Valdemar (2047-).
[4]. No es casualidad que la etimología del verbo sentir signifique originalmente oír, atributo que mantienen el italiano y el catalán, por ejemplo.

domingo, 6 de octubre de 2013

Instrucciones II

                                                                                                                            
                                                                                  Foto: Juan García González
 
Instrucciones para hacer un poema
(método antiguo)
sujete el espacio por un extremo
dóblelo sin mirar hasta desencajarlo
recorte fragmentos de tiempo
en trozos breves, largos y eternos
júntelos y aplique tinta adhesiva
deje transcurrir

Instrucciones para hacer un poema
(método moderno)
botón derecho
propiedades
hacer poema

Instrucciones para abrir un caramelo
tome asiento
desconecte su teléfono móvil
espere a que de comienzo el concierto
abra el caramelo en el adagio con sentimento

Instrucciones para dar un abrazo
peatón pulse
espere verde
abrace mientras espera verde
cruce cuando esté verde


martes, 25 de junio de 2013

Cuéntame un cuento

                                                                                                                                        Foto: Kris el Vikingo

Cuéntame un cuento.
Está bien, ¿cuál?
El de la ardilla.
De acuerdo, siéntate.

Érase una vez una ardilla
que gustaba de ver a sus amigos.
Ellos eran el pájaro,
el caballo
y la salamandra.

El pájaro era un tipo ocupado,
cuando no estaba traduciendo textos a tres idiomas
volaba de un lado a otro trajeado
con su maletín lleno de papeles.

El caballo podía haberse dedicado a las carreras,
pero era payaso por amor al arte.

La salamandra disfrutaba panza arriba
del sol y la luna por igual
y soñaba que montaba en moto por el desierto del Gobi.

La ardilla,
que escribía versos en prosa
y sólo se cansaba de la desidia,
reunió a todos un día y les explicó:

He visto un prado
donde las flores crecen hasta ser árbol.
En él hay un lago
donde el agua suena como el mar.
Los peces
te saludan entre la hierba,
y el cielo está cosido a la tierra
con cristales de sal.
¡Vamos!
Podemos bajar rodando
y llegar antes de que anochezca.

 El pájaro se disculpó, tenía una reunión.

El caballo se rió, pensaba que era una broma.

La salamandra no había escuchado, se había despertado con la risa del caballo.

La ardilla,
que escribía versos en prosa
y sólo se cansaba de la desidia,
recordó algo sobre estos señores.
Ellos eran el pájaro,
el caballo
y la salamandra
—.
 
Recordó que eran amigos no porque sí,
si no porque había crecido con ellos
hasta ser más que árbol.
Con ellos había escuchado la lluvia,
que suena como el mar.
Conocido lo desconocido,
agarrado las estrellas,
cristales de sal y luz azul.

Eso recordó.
En este otro prado
donde el tiempo moría al nacer,
rodando una y otra vez
cada anochecer.

Cuéntame otro cuento.
Está bien, ¿cuál?